¿Te has parado a pensar todos los beneficios que tiene escuchar?
Pero ESCUCHAR con mayúsculas, que es algo totalmente diferente.
Pues yo sí lo he pensado, un poco tarde, pero lo he hecho y he descubierto los grandes beneficios que posee.
¡Beneficios increíbles que me estaba perdiendo!
Y que gracias a la práctica del yoga he descubierto.
Espero que a ti no te haya pasado, pero por si eres despistada como yo, te cuento lo que he aprendido.
Y además te cuento un ejercicio sencillo para empezar a practicar.
Mi aprendizaje.
Este ha sido un año súper intenso para mí.
Ha estado completo de aprendizajes y retos, grandes logros y alegrías, muy buenas noticias y muy malas noticias.
Haciendo balance claramente ha sido intenso.
En muchas ocasiones muy duro.
Algunas de las cosas que he vivido han sido:
Mi formación como profesora de yoga.
Hacerme emprendedora con la creación de Sukha Wheel (primer aro de yoga en España).
Tomar la decisión de dejar mi trabajo como profesora de baile y despedirme de mis alumn@s con los que he estado 6 años.
Asumir la economía familiar para apoyar a mi pareja en su oposición.
Apoyar a mi Guerrera favorita, mi madre, en su lucha contra el cáncer que le detectaron en Octubre.
Y por supuesto el lanzamiento de este blog.
En fin…La palabra sigue siendo: intenso.
Y así a toro pasado, me doy cuenta de que durante todo este año no he escuchado nada.
Y de la gran diferencia que habría supuesto para mí el haberlo hecho.
Y no te hablo de escuchar sin más, te hablo de una escucha completa, profunda, cargada de atención, una escucha totalmente comprometida.
Una escucha que no sólo implica el sentido del oído, es el tipo de escucha que requiere de TODOS tus sentidos, de todas y cada una de tus células.
Implica al cuerpo, a la mente, al corazón y a toda tu alma.
Pero el ritmo de vida en el que nos encontramos no da lugar a este tipo de escucha.
Oímos, si, pero no escuchamos.
Y cuando una no escucha, el valor de las pérdidas es incalculable.
¿Y qué es exactamente lo que tienes que escuchar?
Pues a ti misma.
A tu cuerpo.
A tu mente.
A tu corazón.
Personalmente no me he estado escuchando en absoluto. Y eso pasa factura y no es barata.
Hay que escuchar.
Y el yoga es una poderosísima herramienta para perfeccionar la escucha, para alcanzar esa ESCUCHA con mayúsculas.
El yoga es unión.
Pero para que las partes se unan tiene que haber un entendimiento, una comprensión y una aceptación.
Tiene que haber un diálogo.
Pero de nada sirve que uno hable si no hay nadie para escuchar el mensaje.
El yoga te hace ESCUCHAR de verdad todo lo que tu ser tiene que decir.
Te ayuda a comprender su propio lenguaje.
Tu cuerpo, tu mente y tu corazón hablan. Y cada uno tiene su propia manera de expresarse.
El yoga te enseña como descifrar todos y cada uno de los mensajes. A través de la ESCUCHA.
Tus necesidades, tus deseos, tus sentimientos, qué es lo que te alegra y que es lo que te hace feliz.
A todos los niveles. Mental, emocional y físico.
Una escucha total y completa supone ganancias increíbles.
Ganas ENERGÍA.
Porque si realmente escuchas, eres totalmente consciente de lo que tienes que hacer y de lo que no.
Sabes en dónde poner todas tus energías, dónde focalizarte y dirigirte, por lo que no la pierdes haciendo otras cosas que no te aportan nada o que incluso te quitan mucha de tu valiosa energía.
Ganas TIEMPO.
Al saber qué es lo que realmente necesitas dejas de hacer aquello que no te sirve, que te quita tiempo de lo que sinceramente quieres hacer.
Y es cierto que tenemos algunas obligaciones, vale, pero sabes perfectamente que te cargas con muchas otras que nadie te exige, por lo que permítete ese escaso tiempo para hacer lo que te hace sentir bien, aquello que te pide el cuerpo o el corazón.
Ganas SALUD.
Si, y mucha.
Porque tenemos la manía de no hacer caso a nuestros cuerpos, únicamente para exigirle que esté ideal de la muerte y para que lleve un ritmo de vida frenético.
Pero cuando te pide algo, seguro que pasas por completo.
Es más, le sigues exigiendo. Lo sé, lo he hecho.
Y el pobre manda señales.
¿Cuáles?
Ese dolor de cabeza que te pide un poco de silencio, o ese dolor de lumbares que te dice que dejes de coger peso, o esas molestias en el estómago que te indican que no te vendría nada mal relajarte un poco soltar ese estrés que tienes …
Tu cuerpo te manda millones de señales al día, de lo que le gusta y lo que no le gusta, de lo que le sienta bien y de lo que no.
Y si te paras a escuchar de verdad, podrás apreciarlas.
Y poner remedio.
Ganas AUTOESTIMA.
Porque escucharte de verdad supone atender realmente tus necesidades.
¿Cómo te sientes cuando tus amigas, tu familia o tu pareja te prestan atención de verdad? Querida, te sientes querida, cuidada y protegida.
Si te escuchas a ti misma y te prestas esa misma atención y dejas de ponerte en el último lugar siempre verás cómo tu autoestima aumenta.
Ganas FELICIDAD.
Cuando tienes energía, tienes tiempo, tienes salud y además te quieres y te cuidas, tu felicidad aumenta, MUCHÍSIMO.
Si tus necesidades, tus deseos y tus sueños son escuchados. Serás feliz.
Mejor tarde que nunca.
Para descubrir todo esto, he pasado un año preocupada por mi estómago, que no funcionaba como siempre, por mi piel que ha tenido más dermatitis que nunca, he pasado varias crisis de ansiedad y un agotamiento que no había sentido nunca.
Y sé, que es porque no he escuchado las señales que me estaban avisando.
No hice caso y me ha salido caro.
Así que gracias al yoga he empezado a escuchar de verdad.
Y he descubierto que necesito dejar de hacer tanto, por lo menos de momento, y que tengo que tomarme las cosas con más calma.
Que mi vida laboral es muy importante pero no lo es todo.
Y que puedo ir haciendo las cosas poco a poco. Y eso está bien.
Que aprender es un proceso largo y que quiero vivirlo sin presiones ni prisas. No voy a ser la mejor profesora de yoga del mundo hoy ni tampoco mañana, y eso también está bien.
Que mi corazón pide más tiempo con mis amigos, mi familia, mi pareja y conmigo misma. Y se lo voy a conceder, porque se lo merece.
Que necesito leer más, y salir más al campo, y disfrutar de las pausas en la vida, hacer galletas y meditar más. Mi alma necesita alimentarse.
Escuchando, he descubierto todo lo que necesito, lo que me sienta bien y lo que no.
Lo que me hace feliz realmente.
Por eso, desde mi humilde experiencia mi consejo es que te escuches.
Que escuches siempre, tratando de aprender de cada situación, cómo te hace sentir, qué emociones te provoca o que sensaciones sientes en tu cuerpo.
Porque eso también es yoga.
Recuerda que el yoga es un estado de unión, no son sólo asanas que practicas en una esterilla, también puedes mantener esa escucha en tu día a día, y también es yoga.
Cada vez que practiques yoga en tu esterilla, por supuesto, escúchate. Observa tu cuerpo, si sientes dolor, o placer, incomodidad, comodidad… Lo que sea.
Observa tu postura y tu respiración en cada asana y escucha.
Si te parece complicado hacerlo durante tu día a día, lo cual me parece súper comprensible porque vamos tan aceleradas que parar a escucharnos a nosotras mismas es como si nos hablaran en chino.
Puedes comenzar con este sencillo ejercicio:
Sentada o tumbada concéntrate en tu respiración, sin forzarla, tan sólo observa.
Y al cabo de unos minutos pregúntate a ti misma: “¿Cómo me siento?” Y ESCUCHA.
A veces llegarán respuestas claras, a veces no.
Pero no intentes hacer nada más, sólo ESCUCHAR.
Con toda la atención, con todos los sentidos, con cada célula de tu ser.
Para poder apreciar los más mínimos detalles del mensaje.
Y si puedes y te apetece, puedes escribir al acabar el ejercicio todo lo que hayas sentido, o escuchado.
La ESCUCHA con mayúsculas.
Es una escucha que requiere la total apertura de la mente, del corazón y del alma.
Una escucha sin crítica, sin juicio.
Llena de amor, comprensión y aceptación.
Cuando escuchamos de esta manera, el mensaje es completo y nos llega claro.
Y nosotras al aceptarlo, comprendemos, pero de una manera que no sólo se involucra a la mente, se involucra todo nuestro ser.
Y tú, ¿Te escuchas realmente? ¿Has descubierto algo de ti misma que no sabías? Cuéntamelo en los comentarios.
Gracias por estar ahí.
Besos, María 🙂
8 comentarios en “LOS BENEFICIOS DE ESCUCHAR (CON MAYÚSCULAS) GRACIAS AL YOGA”
Pingback: YOGA. LA CLAVE PARA UNIR TODAS MIS PIEZAS (PARTE 1: MI CUERPO) - Flow Soul Yoga
Me encanto leerte, me fascina cuando hablan desde su propia experiencia, es mucho mas creíble, te agradezco los consejos, este ultimo sobre todo es lo que he practicado últimamente, la importancia de escuchar nuestro propio cuerpo, finalmente debemos amarlo y cuidarlo por que será el que nos albergue por muchos años… también tenga ya la mini guía de YOGA que comenzare a practicar a partir de hoy, necesito esa conexión con mi cuerpo y alma se que el Yoga me lo puede brindar.
muchas gracias Bella y me encantaría que pudieras hablar acerca de como plantearnos objetivos y llegar a cumplirlos, como fue tu experiencia con el yoga por fis!!
Hola Fabiola:
Me alegro mucho de que te haya gustado. Tienes toda la razón, es importantísimo escuchar y amar nuestro cuerpo y es verdad que el yoga ayuda muchísimo a mejorar nuestra conexión con él.
Espero que la Guía te sirva y que disfrutes de la práctica del yoga, porque es maravilloso, al menos así lo vivo yo.
Tendré en cuenta lo de los objetivos, y me lo apunto para escribir sobre ellos. Me gusta mucho.
Me es súper útil que me digáis que cosas os apetece leer, o sobre cuáles os gustaría saber más, así que no dudes en escribirme, preguntarme y proponerme, porfa!
Muchas gracias por tu comentario.
Besos. María 🙂
Gracias María por tu respuesta, besos y espero ansiosa tu nuevo post!
Me encanta leerte cuando mi día ha terminado, cuando es momento de reflexión… Gracias 🙂
Mucho ánimo y a seguir escuchando…
Me alegro de que te guste, y muchas gracias por leer, que ilusión me hacen comentarios así! 🙂 Eso, sigamos escuchando!
eres mágica, que suerte tengo de tenerte tan cerca y poder aprovecharme de ti. gracias por estar siempre
Que suerte tengo yo!! 😉