Y la mejor forma de enamorarte de ti misma. Pero no el típico enamoramiento en el que sólo hay egoísmo y egocentrismo, no.

Hablo de amor de verdad, ese amor que acepta los defectos y miserias del otros. Ese amor que acepta a la persona, a la verdadera esencia de la persona.

El yoga, hace que te conozcas como nunca has conocido a nadie.

Saber cómo eres

Cuando crecemos, y comenzamos a ser adultas le damos mucha importancia a quienes somos, cómo somos, cómo sentimos… Es cuando se crea nuestra identidad.

Nos preocupamos muchísimo, le damos muuuuchas vueltas a todo y nos surgen muchas dudas respecto a nosotras mismas.

Y cuando no encontramos las respuestas dentro, porque no sabemos y estamos bastante confusas porque son muchos los cambios que se dan a esas edades, comenzamos a buscarlas fuera.

Comenzamos a crearnos una identidad en base a lo que dicen de nosotras, o piensan de nosotras, cómo nos tratan o cómo no nos tratan.

Puede que sin darnos cuenta, creemos una identidad mirando a través de los ojos de nuestras madres o padres, profesores, amigas, compañeros, parejas…

Y ya está. Nos quedamos ahí.

Porque por lo general en nuestra sociedad se da bastante más importancia a lo que dicen, piensan, quieren o esperan los demás de ti, que tú misma.

Nos pasa a casi todas.

“ Eres tan detallista, siempre te acuerdas de todos los cumpleaños” o “ Que borde eres, siempre contestas fatal a todo el mundo” o “Ay que ver lo perfeccionista que eres”

Soy detallista. Soy borde. Soy perfeccionista.

Practicar yoga te descubrirá cómo eres realmente

Pero sólo si sabes escuchar.

Si sólo quieres hacer yoga para hacer el pino puente y ser súper flexible, es como tener una cita sólo para presumir con tus amigas del increíble físico que tenia la persona con la que has quedado o de su status porque trabaja en una gran empresa y viaja muchísimo.

Eso es una cita de mierda. Además de superficial.

Lo mismo que el yoga, ya lo he dicho otras veces, y no me extenderé con esto. Yoga no es conseguir la postura de turno, ni estar fuertes ni ser la más flexible del barrio.

El yoga tiene una parte física, que es genial, pero si sólo te quedas en eso, no te vas a enamorar de ti misma.

Practicar yoga es muchas cosas, pero además es un sistema maravilloso de autoconocimiento.

Como ya he dicho, sólo si sabes escuchar.

Y como he dicho en otras ocasiones, escucharte a ti misma, con cada célula de tu ser.

Aprender a conocerte

No es sencillo, requiere:

Constancia:

No te enamoras de una persona porque la veas 4 veces al mes, te enamoras día tras día, detalle a detalle. No conseguirás conocerte a través del yoga si no practicas a menudo, porque no tendrás tiempo de conocerte a fondo.

Comunicación:

Saber escuchar y entender las necesidades, los sentimientos, los miedos de el otra parte fundamental en una relación de amor, y expresar los tuyos también. Practicando yoga o meditación es necesario escuchar y entender lo que quiere decir tu cuerpo en una asana, tu respiración o tu mente cuando estás meditando.

Paciencia:

La magia no ocurre de un día para otro, o sí. Pero no esperes que ocurra siempre, porque como en cualquier cita, puede ocurrir de todo y tendrás que tener la paciencia suficiente para volver a darle una oportunidad , aunque haya sido todo un completo desastre.

Valor:

Porque las cosas no son siempre sencillas, y practicando yoga tienes que tener mucho valor en muchos aspectos, igual que en una cita. Nunca sabes lo que te puedes encontrar, pero siempre merece la pena arriesgarse e intentarlo.

Aceptación:

De todo, de lo más bonito y romántico, a la más terrible y oscuro. Todas tenemos nuestras sombras, y amarte de verdad a ti misma significa aceptar las tuyas. El yoga tiene mucho beneficios, pero en ocasiones puede resultar duro, ya que hace que te enfrentes con algunas cosas que no te apetezcan ver.  Como cuando amas a otra persona, aceptas todo lo bello y lo menos bello.

Tomar la decisión

Si de verdad quieres conocerte a ti misma a través del  yoga, comienza hoy mismo, poco a poco y cada día.

Aprender a conocerte de verdad no es fácil, pero es apasionante. A lo largo de estos años he aprendido de mí misma más que en toda mi vida, y por supuesto muchas cosas no son nada bonitas ni halagadoras.

Sé que me cuesta Urdvha Dhanurasana porque tengo miedo a exponerme y a que me rechacen, no es nada bonito, pero soy yo, y aprenderé a librarme de mis miedos poco a poco. Y en cada práctica, en las que escucho y observo y tengo paciencia, aprendo algo.

Y es que esas frases que nos dicen los demás son reflejos vago de lo que hay realmente en nuestro interior.

Tal vez “no soy detallista, tengo miedo a que se olviden de mí” o “ no soy borde, es que no sé expresar mis sentimientos” o “ no soy perfeccionista, es que me exijo mucho a mí misma”.

Pero eso es algo que hay que descubrir cada día, teniendo citas contigo misma, en tu esterilla.

Podrás descubrir cómo eres realmente, pero a través de tus propios ojos, y enamorarte completamente de ti misma.

Porque eres estupenda y genial y maravillosa, solo tienes que verte y escucharte.

¿Te apetece tener una cita contigo misma?

¡Espero que muchas!

Besos,

María