Porque todas en algún momento pensamos. Me encantaría hacer yoga. O me gustaría practicar más a menudo. O sería genial, además de en la escuela, practicar en casa.
Pero siempre pasa algo, empezamos y lo dejamos. O ni siquiera empezamos porque nos surge algo “más importante”.
El trabajo, las tareas, la familia… Terminamos priorizando otras cosas. Y siempre, siempre, terminas dejando tu cuidado para lo último. Y comienza el estrés, las molestias en la espalda, el cansancio constante…
Y vuelves a plantearte que necesitas cuidarte más y que el yoga es estupendo. Peeeeero… vuelves a hacer lo mismo.
Te entiendo porque me pasa con muchas otras cosas. Quiero hacerlas, pero termino posponiéndome por otras cosas.
Y me he dado cuenta de cual es el fallo.
Cuando deseo introducir un hábito saludable suelo empezar pensando en el qué, luego pienso en el cómo. Y por lo general me quedo ahí y no voy más allá. Por eso el hábito no se termina de introducir en mi vida.
Eso es lo que ocurre cuando tú piensas en que te gustaría cuidarte más y sentirte mejor y piensas en el yoga. Porque te lo ha contado una amiga, porque lo has visto en instagram, o porque alguna vez lo has practicado y te gustaría que fuera más constante en tu vida.
Si solo piensas en el QUÉ
Vale, sabes que deseas cuidarte. Que te apetece hacer algo físico, para cuidar tu cuerpo, pero que tenga un punto espiritual para calmar tu mente. Piensas en el yoga.
Pero pensar sólo en el QUÉ quieres hacer, no te motiva en absoluto.
Sabes que es yoga lo que te apetece hacer, estupendo, muy bonito, con sus figuras, todo el mundo habla maravillas de esta disciplina, etc… Pero necesitas saber qué tipo de yoga es el adecuado, dónde practicarlo, en qué nivel…
Saber que quieres hacer no crea un hábito saludable. Yo sé que deseo salir a correr. Pero así de primeras, me dices correr y no muevo ni un dedo.
Entonces pasamos al “cómo”.
Si te quedas en el CÓMO
Ya sabes el qué. Yoga. Lo has decidido.
Entonces hay que empezar a pensar en cómo vas a introducir el yoga en tu vida.
Así que buscas escuelas, estilos, profesoras, el mejor horario, una esterilla y la mejor ropa para practicarlo.
Y comienzas a practicar. Y te encanta, lo disfrutas mucho, te sientes genial y te sienta de maravilla hacerlo.
Pero de pronto surge algo, y no vas a clase. Y no pasa nada, claro. Pero vuelve a surgir algo, y vuelves a saltarte tu práctica.
Y de pronto, sin darte cuenta, has perdido el hábito y ya no practicas yoga.
Eso ocurre cuando nos quedamos en el “cómo”.
Por eso, lo verdaderamente importante, es el “por qué”.
Si conectas con tus POR QUÉ mantendrás cualquier hábito que desees
Cuando empiezas a practicar yoga, ocurren ciertas cosas. Y cada una sentiremos algo diferente. Pero es eso lo que te hace que ames realmente el yoga. Eso es lo que te hace crear un hábito verdadero y duradero.
Yo puedo hablarte de mis “por qué”.
Lo tengo claros, porque es lo que hace que cada día practique, que cada día me levante muy temprano y acuda a mi esterilla. O que vaya a clase (yo también voy a clases). O que vaya a un workshop. Y por supuesto, lo que hace que te escriba para contarte todo esto o imparta mis clases como las imparto.
Mis por qué son:
Porque es mi momento único para mí. En el que me permito escucharme, en el que afloran cosas que de otra manera no salen, y eso me permite conocerme, saber qué es lo que realmente quiero y lo que no quiero en mi vida.
Porque mi relación con mi cuerpo mejora cada día gracias al yoga. Mi cuerpo está más fuerte, más flexible, más equilibrado…. Pero además gracias al yoga lo amo, lo escucho, aprendo a entenderlo, aprendo a cuidarlo y a sanarlo.
Porque me ayuda a conectar con la calma disminuir el estrés. Durante ese rato por supuesto. Y eso me permite afrontar el día desde otra perspectiva. Cuando tengo un evento importante o va a suceder algo que me pone nerviosa, practicar yoga me ayuda a afrontarlo desde un punto en el que me siento menos estrenada o ansiosa.
Porque me ayuda a regular y manejar mis emociones. Cuando estoy enfadada y practico, se me pasa. Cuando estoy triste me calma. En general, practicar yoga me ayuda a relativizar mis emociones, a no apegarme a ellas, a sentirlas con naturalidad y permitir que fluyan.
Porque me siento conectada, conmigo misma, con mi verdadera esencia, lo que soy debajo de todas las capas que la sociedad y nosotras mismas no empeñamos en ponernos para escondernos y protegernos, pero que nos atan, nos limitan y nos hacen pequeñas. Gracias al yoga conecto conmigo misma y me siento más ligera, más libre, más yo.
Y esto, amiga, es lo que realmente consigue que generes un hábito. Ya sea el yoga, sea comer mejor, sea salir a correr,…
Para crear cualquier hábito, has de saber tus “por qué”.
Por eso te invito a hacer un pequeño ejercicio de reflexión:
- Tómate 10 o 15 minutos a solas.
- Prepárate una infusión o un café. Algo rico.
- Coge un papel y un boli.
- Y pregúntate por qué quieres practicar yoga realmente.
- Escribe todo lo que se te venga a la cabeza aunque creas que no tiene sentido.
- Cuando hayas escrito todo lo que necesites, lee el papel despacio.
- Guarda ese papel.
Si realmente deseas practicar yoga de forma regular, ese papel será tu guía para que no lo dejes nunca.
Y si quieres comenzar ya, yo te ayudo a crear el delicioso hábito de practicar yoga. Yoga para Conectar es el curso perfecto para ello. Practica dónde quieras y cuándo quieras, a tu ritmo, pero acompañada 😉
Espero que te haya gustado el post, y si es así me encantaría que compartieras alguno de tus “por qué” deseas practicar yoga.
Un abrazo enorme.
María.
4 comentarios en “Practicar yoga de forma habitual. Lo importante no es el qué, ni es el cómo. Lo importante es el por qué.”
Me a encantado leerte, tus palabras son motivadoras.
Siento que cada vez me guías al camino que quiero con mas fuerza primero con el reto yoga para conectar y con esto, es como un impulso no solo para el yoga sino para otras áreas de mi vida.
Muchas gracias.
Hola Ana. muchas gracias por tu comentario, me alegro mucho de que te haya gustado el post. Y me alegra saber que disfrutas de la práctica del yoga cada vez más, ¡qué ilusión!
Un abrazo grande.
me encantó lo que escribiste, yo comencé hace un mes y gracias a tus palabras iré reafirmando mis porqués para continuar en este camino, realmente me sirve, saludos.
Me alegro mucho de que te sirviera el post Leticia. Enhorabuena por haber comenzado este bonito camino que es el yoga. Y muchas gracias por tu comentario. Un abrazo grande.