7 MOTIVOS QUE HARÁN QUE PRACTICAR YOGA EN CASA SEA UNA OPCIÓN IRRESISTIBLE

 Acabas de salir del trabajo.

Son las 19h y estás agotada.

Ha sido un día de esos en los que preferirías haberte quedado en la cama, no has parado.

Tu jefa  ha estado dándote la lata todo el día.

El compañero incompetente de turno no ha hecho su trabajo y has terminado pringando tú…

Y ahora tienes que ir a clase de yoga, que te sienta taaaan bien.

Pero tienes un camino de 20 minutos y luego tienes que irte a casa y además ¡está lloviendo!

Uf! Que pereza te está dando….

Te entiendo, me ha pasado muchas veces, y aunque casi siempre termino yendo, porque la realidad es que salgo de maravilla, hay otros días que prefiero hacerlo en casa.

Por qué, te daré 7 razones estupendas para practicar yoga en casa.

No tienen ningún orden específico y ninguna me parece más relevante.

Primera: El dinero

Por mucho que me encante el yoga, y me encanta.

Y por mucho que me encante aprender, que también me encanta.

La cruda realidad es que no tengo tanto dinero como para ir a la escuela todo lo que me gustaría.

O asistir a todos los workshops y talleres a los que estoy deseando ir.

Además en mi caso, que vivo en Mordor (como lo llama un amigo) a parte de las clases tengo que sumar la gasolina, porque voy en coche.

Y todo junto suma mucho dinero y para poder asumirlo tendría que dejar de comer prácticamente, y lo siento, pero me encanta comer.

Por eso creo que alternar la práctica en la escuela o estudio con la práctica en casa es la fórmula idónea para salvaguardar mi bolsillo.

Los días que practico en casa me pongo clases online gratuitas o de pago, pero que son más económicas que ir a clase.

O simplemente fluyo en la esterilla y hago mi propia práctica.

Segunda: El tiempo

Una razón de peso para practicar en casa, sobre todo para mí, es el tiempo.

Ya lo he contado, yo comencé a practicar yoga en casa principalmente por el tiempo.

Cuando tus horarios son un auténtico caos y cada día terminas a una hora es difícil adaptarse al horario de las escuelas o estudios de yoga.

O tienes hij@s y los que mandan son  sus horarios.

O cuando estás muy cansada y no te apetece desplazarte hasta ningún sitio y luego volver a casa.

Sea cual sea tu situación. Hacer yoga en casa te evita todo esto.

Simplemente desenrollas tu esterilla y listo.

A la hora que tú quieras. Y el tiempo que tú quieras.

Porque también puedes adaptar la duración de la clase. Si tienes más o menos tiempo, si estás o menos cansada…

A veces te apetece hacer una clase súper larga porque tienes toda la mañana y quieres ir despacito.

O te levantas muy temprano y te apetece estirar bien el cuerpo pero solo tienes media hora.

Tu eliges.

¡Flexibilidad total!

Tercera: La comodidad

De tu casa.

De tu espacio.

De tu tranquilidad.

De tu ritmo.

Porque ¿y si estás tranquilamente tirada en el sofá y te da por hacerte una buena sesión de yoga?

¿O te has levantado con ganas de desperezar tu cuerpo a fondo?

¿O justo es el momento en el que la casa está tranquila, por fin?

Y no tienes que salir, ni cambiarte si no quieres y ni siquiera peinarte, porque llevas unos pelos de loca total con los que no saldrías de casa ni harta de vino, pero sabes que tu esterilla no te va a juzgar.

Porque por mucho que vayamos a hacer yoga, cuando voy a clase tengo que pensar en qué me pongo, en organizarme la tarde, en “ay, que salgo tarde del trabajo y no llego”, etc…

Y practicar yoga en casa te da esa comodidad del cuándo quiero, cómo quiero y dónde quiero.

Cuarta: Clases de yoga a medida

Cuando practicas yoga en casa, la sesión es completamente a tu medida.

Tú puedes decidir qué practicar, durante cuanto tiempo, la intensidad…

Tanto si buscas una clase online de yoga, como si miras una guía de yoga o decides practicar tú misma por tu cuenta.

Tienes la opción de elegir.

Personalmente, cuando practico en casa me planifico un poco la semana y trato de adaptar la práctica a mis necesidades.  Dependiendo de estas haré una cosa u otra.

Así, puedes hacer hincapié en lo que te apetezca.

Hacerte una sesión de relax total porque tu cuerpo te lo pide.

O hacerte una clase súper cañera para levantar el ánimo.

O enfocarte más en una postura concreta que te sienta fenomenal.

O una serie que te cuesta mucho pero te gustaría lograr.

Tú decides.

Quinta: Probar cosas nuevas

A veces pasa que ves asanas (posturas) que te encantaría probar, pero por lo que sea, en tus clases habituales no las soléis practicar.

O una vez tu profe os enseñó algo que te encantó y no habéis vuelto a hacerlo.

Pues aquí tienes otro motivo estupendo para hacerte sesiones de yoga en casa.

Para practicar esa postura que te sale “reguleras” pero te encantaría perfeccionar.

O esa que es tu favorita y te deja como nueva pero que en clase la practicas menos de lo que te gustaría.

Y porque en la comodidad de tu casa puedes probar lo que quieras a tu ritmo y hasta donde quieras.

A veces a los profes se nos olvida que cada alumno tiene su propio ritmo y sus tiempos.

Cuando en casa sigo clases on line y lo que me propone el profesor de turno es algo nuevo para mí hago lo siguiente:

Le escucho atentamente y después le digo: “Muy bien señor/a profe, ahora lo voy a intentar yo a mi rollo”

Le doy al “pause” y tranquilamente pruebo la asana hasta dónde buenamente pueda.

O si estoy siguiendo una guía de yoga o un libro, leo atentamente y luego pasito a pasito trato de llegar a la postura.

Es lo bueno de hacer yoga en casa, puedes probar lo que tú quieras.

Pero siempre con cuidado y siguiendo bien las indicaciones.

Sexta: Maravilloso para las tímidas

Es una magnífica manera de practicar para las más tímidas.

Hay mujeres que le cuesta exponerse.  Y para ellas acudir a una clase de yoga supone todo un reto.

Porque en una clase yoga te puedes sentir expuesta  y mucho.

Cuando empiezas, no tienes ni idea de cómo funciona y te sientes perdida.

Y si eres muy tímida o insegura piensas que además lo haces fatal.

Vas con una ropa que no es la que habitualmente utilizas.

Estás en posturas que al principio son incómodas y que incluso pueden parecer ridículas, aunque sean súper beneficiosas, al principio pueden verse ridículas.

Y un largo etc…

Estoy segura de que hay muchísimas mujeres que no acuden a clases de yoga por vergüenza.

Precisamente, creo que el yoga es súper bueno para trabajar la vergüenza y la inseguridad.

Si nunca has hecho yoga y estas buscando clases para principiantes pero no terminas de animarte por vergüenza, puedes comenzar a practicar en casa.

Aunque no solamente pasan vergüenza las que acaban de empezar.

Un día por lo que sea no te has depilado y dejas de ir a clase porque te dan los siete males sólo de pensar en levantar los brazos en el saludo al sol y que vean tus laaaargos y tupidos pelos del sobaquillo  😉

Pues no te quedes sin hacer yoga ese día.

Hazte una sesión en casa tranquilamente, y estira y relaja hasta esos pelillos por los que no has ido a clase.

[thrive_leads id=’155′]

Séptima: Cero comparaciones

Cuando haces yoga en casa no tienes con quien compararte.

Porque, seamos sinceras siempre hay alguna que otra comparación.

Y aunque en yoga precisamente lo que se promueve es todo lo contrario (la aceptación), de momento, solo somo aspirantes a yogis.

Es decir, que aún no dominamos tanto nuestro ego como para no sentir ese leve y sutil gusanillo de la envidia cuando vemos a compañeras hacer cosas que a nosotras no nos salen.

Y porque vivimos en una sociedad de competencia y por desgracia lo tenemos metido a niveles muy profundos.

Yo me encuentro muchas veces pensando en que no soy tan buena profe como esa, ni hago no se qué postura ni la mitad de bien que aquella otra.

Somos humanas, y tampoco vamos a flagelarnos por eso.

Pero las comparaciones a veces llevan a presiones innecesarias y nos empujamos a niveles para los que no estamos preparadas, y a veces, llegan las lesiones.

Eh! Y no digo que esto pase siempre en todas las clases, pero a veces….Si.

Y tampoco digo que esas comparaciones siempre sean malas, porque buscando el lado positivo ( que siempre, siempre, siempre hay que buscarlo) nos llevan a mejorar en muchas ocasiones.

Pero creo que hay que hacerlo en base a nuestro compromiso y dedicación con nosotras mismas y nuestro bienestar.

No por que Mari Carmen que es súuuuuper flexible y Aurori tienen un equilibro extraordinario y yo quiero ser más y mejor.

Por eso, cuando estas en casa la práctica del yoga es diferente.

Estás tú, con tu esterilla, tus músculos, tus huesos y tu propia respiración.

No hay nada que comparar, solo fluir, sentir  y disfrutar a tope.

Conclusión

Estamos acostumbradas a practicar yoga solamente en nuestras clases a las que acudimos una o dos veces por semana.

Pero es que practicar yoga en casa te da la posibilidad de disfrutar de todos los beneficios del yoga sin tener que desplazarte, adaptándolo a tu horario y con esas mallas viejas que te encantan y son súper cómodas pero tienen pelotillas y un agujero justo ahí…

Así que mi consejo es:

¡Haz yoga también en casa!  Yo te ayudo 😉

Porfa, me encantaría saber si practicas yoga en tu casa o si aún no lo haces  cuales son tus principales barreras u obstáculos. Cuéntamelo aquí en los comentarios.

Besos,

María 🙂

Comparte.

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest

Suscríbete.

Comienza hoy mismo a conectar y disfrutar de ti misma y practicar dónde y cuándo quieras con el reto gratuito de 7 días que he creado para ti.

Quizás te interese...

6 comentarios en “7 MOTIVOS QUE HARÁN QUE PRACTICAR YOGA EN CASA SEA UNA OPCIÓN IRRESISTIBLE”

  1. Hola! Me encanta tu blog, lo leo siempre. Este artículo llegó a mi en un momento muy especial, práctico yoga (ashtanga) hace años, pero me está pasando que no tengo ganas de ir al shala a practicar. El día anterior preparo mi ropa, mi mat, toalla, pero al llegar el día no puedo ir.
    Me siento frustrada, amo el yoga pero no tengo ganas de ir. Que recomiendas?
    Saludos!

    1. Hola Analía. Pues creo que lo primero sería preguntarse qué es lo que hace que no te apetezca ir a la Shala, y si puedes solucionarlo, si e por la hora a la que vas, o la gente con la que te encuentras… tal vez puedes buscar otro sitio para practicar. Si no es nada de eso precisamente tú que practicas Asthanga lo tienes sencillo, practica en casa. Si conoces la serie y estás habituada a hacerlo como en Mysore no tendrás problema y puedes acudir a la Shala solo de vez en cuando… Es lo que yo haría en tu caso, no sé si te servirá 😉 Un beso Analía, ya me contarás.

  2. Sofia Arroyo Valverde

    Llevo pokito suscrita a tu blog. Tengo mucha curiosidad por el yoga ultimamente y así fue como te encontré. Aunque por desgracia, te leo pero no he empezado a practicar nada de nada. Pienso que para mí, que no tengo ni idea, me vendría mejor empezar con algún clase ( quizás me equivoqué) pero no encuentro el momento. Y es que entre las clases de taichi, intentar meditar un poco por las mañanas, una niña chiquitita…. Jajajjaja pero sigue así María que me gustaría mucho leerte y me mantiene las ganas de empezar en algún momento

    1. Hola Sofía, me alegro mucho de que te hayas unido a nosotras. No te preocupes, cada una encuentra su momento para empezar, además si meditas es que ya estás practicando yoga, pero haré todo lo posible para animarte a practicar un poquito de asanas en casa, que sienta muy bien jeje… Es verdad que si nunca has hecho yoga tal vez ir a clase sea tu opción, creo que lo mejor es asistir a clases y además practicar en casa.
      Y si tu sigues ahí leyendo, yo seguiré aquí escribiendo. Muchas gracias por tus palabras Sofía.
      Un besazo.

  3. Meri!!! Todavía no había tenido tiempo de leer por aquí…ME HA ENCANTADO!!! Te seguiré fielmente y me descargo ahora mismo la guía que seguro que algo de beneficio le saco 😉

    Me he sentido muuuy identificada con eso de la clase de yoga online y darle al “pause” para hacer a mi ritmo!jajaja!

    PD: te puedes creer que aún me he dado cuenta hoy de que tu eres la creadora de los sukhawheel…no tengo remedio!!jaja!

    1. Ay Linda! Muchísimas gracias, me alegro mucho de que te haya gustado! Y de que te sientas identificada, jeje… Pero está genial darle al “pause”, porque así es como se aprende.
      Eres un amor, gracias, gracias, gracias.

      No te preocupes, la verdad es que no lo he dicho mucho, pero si los Sukha Wheel los hago yo, jiji… 🙂

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

“Al enviar aceptas la política de privacidad. Los datos que proporciones al enviar tu comentario, serán tratados conforme la normativa vigente de Protección de Datos y gestionados en un fichero privado por María Langenheim Moreno, propietaria del fichero. La finalidad de la recogida de los datos, es para responder únicamente y exclusivamente a tu comentario. En ningún caso tus datos serán cedidos a terceras personas. Consulta más información en mi Política de privacidad.

¿Atascada en algún área de tu vida?

× ¿Quieres saber más? Escríbeme